MAR DEL PLATA

150 AÑOS

Los bosques y el Cambio Climático

Los bosques y sus suelos almacenan más carbono que cualquier otro ecosistema terrestre y juegan un papel vital en la mitigación del cambio climático. Además de ser el hábitat de numerosas especies y brindar servicios esenciales como alimentos, medicinas, refugio, entre otras.

Sin embargo, no están exentos a los cambios que se producen en el clima mundial ya que las temperaturas medias anuales son más elevadas, se han modificado los regímenes de precipitaciones y se perciben cada vez más frecuentemente los fenómenos climáticos extremos.

¿Cómo los árboles pueden ayudar a mitigar el cambio climático?

Como el resto del reino vegetal, y a través de la fotosíntesis, los árboles captan el CO2 de la atmósfera y lo transforman en carbono orgánico que pasa a formar parte de la biomasa vegetal. Además, hasta la materia orgánica muerta - como el humus producido por la descomposición de la materia vegetal muerta- y los restos vegetales se depositan en los suelos formando capas de materia orgánica que constituyen reservas importantes de carbono. Por otro lado, suelo rico en carbono no sólo es un suelo fértil y estable, sino que también cumple la función de regular el ciclo hidrológico a través de la retención del agua de lluvia.

Según explican estudios de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), en los árboles el carbono supone alrededor del 20 por ciento de su peso. Así, “los bosques del planeta y sus suelos actualmente almacenan más de un billón de toneladas de carbono, el doble de la cantidad que flota libre en la atmósfera”.

Como contraparte, la destrucción, explotación excesiva o incendio de los bosques produce dióxido de carbono. ¿Cómo? La creciente deforestación y degradación de los boques provoca la liberación a la atmósfera del carbono presente al tiempo de reducir o eliminar totalmente la capacidad de fijación de CO2 de la masa forestal.

La destrucción de los bosques, explica la FAO, libera en la atmósfera unos seis mil millones de toneladas de dióxido de carbono al año, y para el equilibrio de este elemento, así como para la conservación del medio ambiente, se torna necesario evitarlo, explica la FAO.


 
El mecanismo REDD+, en tanto, es una herramienta de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático para reducir las emisiones debidas a la deforestación y la degradación forestal en los países en desarrollo y en consecuencia, para la mitigación del cambio climático. 

Una correcta gestión de los bosques puede ayudar a combatir el cambio climático mediante repoblación forestal (plantar nuevos árboles) y la reforestación (volver a plantar zonas deforestadas), además de evitar la tala de los bosques.