MAR DEL PLATA

 

 

Considerando que las categorías conceptuales, los nombres con los que definimos a las cosas que forman parte de nuestra realidad, marcan el rumbo de nuestras prácticas, es que pensamos en darle a la propuesta el nombre de “Almacenes Culturales”. La palabra “Almacenes” nos remite a aquello que queda a través del tiempo y de las formas, estos pequeños contratos, pese a las crisis, resisten y  permanecen por ser fundados en la confianza y en el valor de la palabra.

 

 

 

Generar las condiciones de posibilidad para  la creación de instancias subjetivantes y de desarrollo integral de las personas.

Abordar el trabajo de forma intersectorial e interdisciplinaria.

Crear redes, puentes y/o las herramientas necesarias para que faciliten la burocratización del funcionamiento de las estructuras estatales de las diferentes jurisdicciones.

 

 

Con este concepto hemos nombrado a las trayectorias y recorridos que deben realizar aquellas personas que, por diferentes circunstancias de su vida, necesitan que el estado y sus instituciones se hagan presentes y los asistan, contengan, asesoren, informen, etc. Cada institución fue creada y es definida por funciones, roles e incumbencias que en ocasiones dejan vacíos entre unas y otras quedando espacios sin cubrir y en esos espacios, personas en la soledad de lugares que no supimos ocupar. Si a esta complejidad, se le suma el agravante de que esas personas son adolescentes o jóvenes en situaciones de riesgo, la urgencia por encontrar abordajes que no dejen “baches” es mayor.

 

 

Nuestra tarea está centrada en habilitar espacios de subjetivación a partir de los diversos lenguajes: artístico, corporal, lúdico, productivo, etc. El gran desafío de este programa fue ir construyéndolo a partir de lo que nos devolvía la realidad, la coyuntura de la cual somos producto y productores. Cambiar para producir cambios, revisar continuamente los modos de intervención, la vigencia de las prácticas, de los espacios en los que estamos y de las formas organizativas, tanto a nivel territorial e Institucional, cómo de los equipos de trabajo. Cambiar para permanecer, pero manteniendo la coherencia que nos dio existencia. Estos cambios necesarios se vieron plasmadas en las diversas configuraciones que fue tomando almacenes, en el transitar mismo de la experiencia de construir con otros un nosotros, generando espacios que se arman de vez a vez, en el estar ahí, abriendo la posibilidad de pensar y sentir de que “algo juntos, tal vez podamos hacer”.

 

 

El abordaje de la tarea es desde la perspectiva interdisciplinaria. La forma de agrupamiento adecuada para que el devenir del intercambio y de la construcción conjunta de saberes suceda, estaría dada por la conformación de equipos de trabajo. Para hablar de equipo ante todo tenemos que pensar en un objetivo en común, en tareas definidas, roles distribuidos y la circulación, en alguna medida, de un proyecto que oriente y regule las prácticas a partir de las cuales el equipo acciona. El trabajo Interdisciplinario se consolida en los acuerdos básicos ideológicos entre los miembros del equipo, funcionando como marco referencial y permitiendo desarrollar las acciones necesarias, para transformar los obstáculos en posibilidades de generar cambios.

 

 

A través de proyectos que desarrollan diferentes modalidades de expresión sociocultural. Desde esta lógica es que actualmente estamos trabajando en el marco de Instituciones, de Educación, de Salud, Sociedades de Fomento, en el estar ahí mismo de la dinámica Institucional, abordando lo que emerge e intentando instalar algo del orden de la novedad, para generar movimiento en aquello que estaba quieto, poniendo palabras a lo mudo y produciendo marcas en donde el registro estaba ausente.

 

 

En tanto agentes municipales enmarcados en políticas estatales, consideramos de suma importancia reflexionar y preguntarse respecto de las concepciones que tenemos de aquellos que son los destinatarios de las mismas. Para definir una política pública, una intervención, una acción o el destino del recurso (humano y material) se parte necesariamente de una concepción determinada de la población destinataria. En nuestra opinión, las concepciones respecto del ser, deben ir en el sentido de la ampliación de derechos, posibilidades y de la autonomía en las elecciones del proyecto de vida.

 

 

La elección de las poblaciones no es azarosa sino producto de relevamientos y demandas recurrentes en las instituciones en donde desarrollamos nuestros proyectos y dispositivos.