La Directora de Salud Mental, Dra. Stephanie Schon,  elaboró este artículo para contarnos la importancia del inicio de clases de forma presencial.

La información más reciente disponible a nivel mundial indica que con las medidas de seguridad necesarias, las escuelas no son el principal factor de transmisión en la comunidad.

Es por ello, que debemos garantizar el regreso a las aulas, siendo que el cierre de las escuelas ha generado un efecto negativo en la educación, la salud y el desarrollo infantil. La falta de clases presenciales ha impactado negativamente en los vínculos familiares, generando e incrementando tensiones entre padres e hijos, con un aumento en la incidencia de casos de violencia y maltrato familiar. La escuela, más allá de su función primaria en el proceso de aprendizaje, tiene un rol central en el bienestar integral de niños y adolescentes.

Es prioritario volver a las aulas de forma segura y planificada, respetando los protocolos sanitarios y entendiendo nuevas rutinas y practicas escolares como medidas de cuidado y protección.

En este sentido, recuperar el espacio escolar como un lugar seguro y de contención implica mucho más allá que una necesidad educativa, aporta normalidad, un sentido de la rutina, conocimientos y habilidades necesarias para el desarrollo humano, protección en casos de especial vulnerabilidad y sirve de puente para cerrar las distintas brechas sociales, económicas y educativas.

La nueva normalidad educativa abre nuevos desafíos, la organización del espacio en las aulas y recreos dará lugar a nuevas formas y rutinas, que incluirán hábitos de cuidado e higiene y formas de relacionarse que resulten significativas no solo desde el ámbito de salud, sino también desde el plano social y afectivo.

Debemos ser flexible para adaptarnos a diversos escenarios posibles, entendiendo la evolución de esta pandemia por COVID-19 de naturaleza incierta y con un progreso dinámico.

Cada niño y adolescente transitara este cambio en forma individual, que resulta de los recursos cognitivos y emocionales que presente, y del entorno socio familiar en el cual se encuentre inmerso.

“Es importante que los padres apoyen la idea de que volver a clase es necesario y tiene múltiples ventajas”, tanto para enfrentar sus propios miedos, incertidumbres y angustias como para facilitar la gestión de todas estas emociones”

A pesar de las reticencias e inseguridades que puedan tener algunos padres, el colegio es también un entorno privilegiado para que los niños y adolescentes aprendan a convivir con la pandemia y a relacionarse con los nuevos parámetros de cuidado que requiere la actual situación. El aislamiento demora el crecimiento y desarrollo psicoafectivo de los niños.