MAR DEL PLATA

150 AÑOS

 

El tigre

por Juan Carlos Buratti 

Mi mirada se pierde en el tiempo y recuerdo desde mi infancia marplatense relatos de pescadores italianos que con sus barcas iban a la mar, como dicen allá en España en muchos lugares. Pensé en tantos inmigrantes, que en realidad no había conocido, pero respetaba y veía sus esfuerzos y resultados. Pero estaban lejos, en el puerto. A lo sumo pasaba “el del pescado”, en bicicleta. Esa era mi representación del inmigrante. Cuando, de pronto, me doy cuenta, que al lado de mi casa, a media cuadra del ferrocarril, donde vivíamos con mis padres, había alguien que había atravesado el océano buscando un destino mejor porque su patria no se lo ofrecía. Me llamó la atención su nariz chata. Su presencia erguida y su mirada fija, sin pestañear. También que cuando se dirigía a mí, me hablaba de tu: “tú tienes que estudiar” me decía, con una mirada que a lo lejos estaba tapada por el humo del cigarrillo.

Al crecer, fui entendiendo más su historia. Era un español republicano, querido y respetado en su patria, pero la dictadura de Franco lo había destituido de sus honores. Incluso supe, después, que había entregado parte de sus ahorros a la República.

Había nacido a comienzos del siglo XX en una comarca cercana a Valencia. Venía de abajo y se unió a una causa que entendía porque la había vivido. Rápidamente se dio cuenta que tenía  que abrirse camino a los golpes. Y así lo hizo: su metro ochenta lo habilitaba para el boxeo. Su Valencia natal era  una comarca llamada Alfara del Patriarca donde había nacido. Se fue abriendo paso en un mundo duro. Alguien- lo imagino- quizás le dijo: tú eres para el box. Y así fue. Había nacido en 1911 y pegó y pegó, y también recibió. Llegó a campeón de su país en una España Republicana. Pero siguió adelante y alcanzó a ser el Campeón de Europa. Lo sorprendió la dictadura franquista. Allí pasó a manejar camiones, que otra  cosa podría aportar alguien que entendía el lenguaje de los puños . En 1939 estaba en Francia. Había que irse:

Franco y Hitler dominaban a Europa  Decidió Brasil y luego Argentina y finalmente Mar del plata. Debo decir, que en mi mente infantil, recuerdo, que la amiga de toda la vida de mi madre era Elvira, mi vecina, su esposa. Ella vino después con su hijo José (le decíamos Pepito). La polio, lo sorprendió en medio de los bombardeos franquistas, y así fue que quedó con su pierna delgada y rengo. Pepito, desarrolló una personalidad, con su sonrisa, su alegría y nadie notaba su problema. Como el padre, nunca, que recuerde, habló de eso. Miguel Angel, su hermano menor se destacaba también por su simpatía, su cordialidad.

Quién era el Tigre en Mar del Plata, como yo lo vi, como yo lo traté: nunca habló de su pasado. Creó que lo enterró. Ya retirado se dedicó a preparar y entrenar a sus boxeadores, Tito Yanni, Ubaldo Sacco( los padres), Adolfo Ygriega,  Roberto Palavecino, Antonio Cuevas y muchos  más, que llegaban a él. Yo los veía. Solo con una toalla en sus espaldas. Y a medida que ascendían, Elvira les hacía una bata, con su nombre. El Tigre los cuidaba. Su mujer los abrigaba. Y ellos, arriba del ring, peleaban.

Yo me fui a La Plata, a estudiar: el siempre me decía: tu Juan Carlos, estudia. Y así fue. Cuando, ya viejo, retirado, consiguió un trabajo como encargado de un edificio. Y allí atacado por los miles de cigarrillos que había fumado, con los que-yo pienso- atenuó su angustia de inmigrante, murió, obviamente, de un cáncer de garganta en 1963.

Quiero agregar, en sus orígenes, allá en Alfara del Patriarca, Valencia, cómo le recuerdan. A los 18 años era campeón de España. Peleó con soviéticos y alemanes como Ernest Pitulla que muere en el frente oriental en la segunda guerra. También se enfrentó con Marcel Thill por el titulo mundial. En su aldea quedó impreso su nombre como hijo ilustre del pueblo.

Si, si, como se llamaba: José Martínez Valero. El Tigre de Alfara. Mi vecino

Me pregunto, ¿Qué traía en sus valijas?  Nada: un par de guantes de box.

Relato participante del concurso Valijas con Historia, organizado por la Dirección General para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos de General Pueryredon. Para acceder al resto de los textos, seguir este enlace.