MAR DEL PLATA

150 AÑOS

 

José en el lagrimal

Por Angel Méndez

José era muy laburante, desde temprano en la escuela.  Era el portero del comercial ¿viste la escuela que está por Mitre?  Hacía la limpieza de las aulas, el hall.  También limpiaba los baños. Una vez me contó que los pibes, los varones, iban a fumar al baño y él los cubría.  Los cubría porque eran buenos pibes pero sobre todo porque, me dijo,  no  aguantaba a los profesores.  A mí me parece que José era un tipo amargado, resentido, peleado con la vida.

26 de marzo de 1928 Señor José Vazquez.  Muy apreciable querido hermano quiera Dios que al rrecibo de estas cuatro letras quete en cuentren desfrutando con la más completa Salud como yo para mi Deseo en compañía de todas mis Sobrinas.

Decía que el baño de las chicas era una mugre, que  no les importaba dejar las cosas íntimas por ahí, cuando andaban con el asunto. José maldecía a las orilleras, como  decía él cuando se refería a las pibas de la escuela.  Yo me pregunto qué le habrá hecho la vida.  Si hasta se las rebuscaba con los profesores, preparando unos termos de café y se los vendía en unos vasitos de papel.  Compraba unas medialunas y las entregaba por unas chauchas más.   Macanudos los profesores, que ayudaban a José y de paso a ellos les servía porque tomaban algo calentito en el recreo.  Así y todo, José no los quería.  Me parece que no quería a nadie.  

La cosa es que un día yo le pregunté porque andaba tan amargado.  Me dijo que como no se iba a amargar, que si no tenía nada para estar contento.  Si hasta la hermana de España le había fallado.  Con lo que él la había querido. 

Querido hermano José después de Saludarte es para decirte que he rrecibido mucha alegría con tu ingrata carta querido hermano que si aces el favor y lo tienes a bien te agradeceré que me escribas un poco más amenudo porque buestras cartas cuando me llejan amis manos meacen llorar mucho con la alegría pues me dirás algo de tu hija Antonia porque por lo visto se casó y no me mandaste a decir nada.

En su momento, José me contó que hacía cuarenta y pico de años le había escrito a la hermana diciéndole que era una ladrona. Pobre José.  Se amargó tanto que para mí por eso le dio el infarto.  Parece que la hermana se le quedó con unos terrenos, allá en España. 

Querido hermano yo soy una viuda sola y tu otro que me acompañas y no me olvides que somos dos hermanos y estamos quedando separados. Te agradeceré que me escribas de mi sobrina Dolores y de mi sobrina Consuelo.

Pobre tipo. Acá laburando y se viene a enterar que la hermana se llenó de guita.  En cincuenta años nunca le llegó una miserable carta, que desamorados los gallegos.  Me contó el hijo de un vecino, que justo va a la escuela donde trabajaba José, que el infarto le dio en el medio del patio, que se murió en medio de los pibes. Que ese día había estado diciendo que qué desagradecida mi hermana, ni contesta las cartas. ¿A vos te parece? Ni una línea recibió el pobre José.  

Querido hermano medices de los derechos de la carretera el dinero lo tiene el gobierno el tuyo y lo de Todos y sabrás que los papeles los tengo yo misma y decen que pagan para el año que viene y que tenemos que mover los muros a dos metros y medio de cada lado de la cañeta de la carretera Sabrás que muchos vendieron pero no está la cantidad en la oja de precio.  Dicen que hacen el descuento del diez por cien pero no lo acen con rrecibo.  Querido hermano abrazos para mi querida sobrina Antonia y Dolores y Consuelo  y para ti desearte echarte los brazos al cuello y tarde los sacaría pero nunca llegará ese día. A Dios A Dios A Dios tu querida hermana Josefa Barreiro

* Relato enviado por Claudia Gabriela Morro para participar del concurso Valijas con Historia II, organizado por la Dirección General para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos de General Pueryredon.

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